Sin bandera




Uno de los sentimientos más profundos que puede llegar a tener una persona es el amor, ya sea este por alguna persona, pasión o creencia. Dentro de esta última, encontramos al nacionalismo, que es una ideología creada por determinados pensadores para vincular a personas que se encuentran en un mismo espacio geográfico, comparten una lengua y otras características particulares. En la creación de un sentimiento nacional juegan un rol muy importante los símbolos, ya que son simples pero cargados de mucho significado, estos llegan a cargarse de mucha importancia e incluso se transforman para muchos en sacros. La historia creada por los ideólogos del nacionalismo es fantástica, en su mayoría legendaria, mezcla de ficción con hechos tergiversados. Se busca crear un destino común. Hoy en día, los estados no pueden jugar sólo con esto, es decir la institución estatal no puede manipular a la sociedad para que sea más nacionalista ya que a pesar de controlar la educación, los medios de comunicación se han multiplicado de una manera nunca antes vista y el acceso a la información es muy amplio.

Por ello el estado ha tenido que aliarse con los medios de comunicación, ya que a través de la expansión de las noticias falsas se puede manipular lo que piensa la gente sobre tal o cual hecho. Y no sólo el estado se ha aliado con los medios, sino que también ha sometido la libertad de las universidades y las ha transformado en lugares donde se piensa de acuerdo a la ideología estatal. Muchos países tienen una masa universitaria que piensa igual; si usted se encuentra unos diez  estudiantes, unos nueve pensarán lo mismo, suerte si son ocho[1]. Como dice el artículo, en los Estados Unidos no se aprecia aún un adoctrinamiento, pero esto sí es evidenciable en América Latina y España[2].

Esto hace que la universidad, que normalmente era un escenario para el libre pensamiento y para el debate, se convierta en una fábrica de personas con un pensamiento similar, que se amolda con los bombardeos de las fake news. No obstante, las universidades se venden como focos de saber, de producción de conocimiento, de debate, pero realmente muy pocas son las que producen un conocimiento real y la gran mayoría de estas son privadas o al menos elitistas.

Por ello, entender esto es fundamental para no dejarse manipular por los medios de comunicación, los cuales usaron la libertad de expresión para someterse a agendas ideológicas que buscan moldear a la masa en un mismo pensamiento. Esto es el fascismo comunicacional, como lo denomino yo, en el cual no caben pensamientos alternos sino todo es aceptable siempre y cuando se repita con otras palabras lo que ya se ha dicho. Ser en el día de hoy alguien antinacionalista, significa no sucumbir ante ningún símbolo, ni ante la defensa de ninguna bandera, sino más bien defender la libertad sea donde sea, ya que es entender la igualdad a nivel universal y darle sentido finalmente al concepto de humanidad. Porque si bien es cierto que somos diferentes, el hambre de poder lo tienen todos los hombres en todos los países y esto último es lo que hay que combatir. La libertad no es algo dado por el nacimiento, sino que se conquista y se debe defender en lo cotidiano y la palestra más importante en el día de hoy es la comunicacional y si no se entiende esto, seréis esclavos de las fake news per saecula saeculorum.



[1] https://www.insidehighered.com/news/2017/02/27/research-confirms-professors-lean-left-questions-assumptions-about-what-means
[2] http://www.institutodeestrategia.com/opinion/jmfrancas/irune-arino-universidades-estan-secuestradas-izquierda/20180627115015014108.html

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